jueves, 2 de abril de 2009

SIEMPRE TUYA ( Carta de amor profundo)

Querido amado mío:
Siempre pensé que sería más fácil envejecer de dos en dos, a la par como las columnas de un templo, pero los vientos no nos soplaron igual ni tampoco la luz nos iluminó con la misma intensidad y no lo sostenemos por mucho que insistamos.
Hemos envejecido de forma diferente.
Yo un poco más azul porque mi norte era tan pronto el sur como era el este y me giraba siempre buscando los destellos de la luz que más brillaba en cada instante.
Tú sin embargo amor, inamovible como una estatua blanca de alabastro, te pensantes sin pies y te anclaste en la tierra y a mí, creyéndonos a las dos seres sin vida.
Lo tuyo fue un error, la falsa expectativa que provoca ganar cualquier batalla en una guerra creyendo conseguida la victoria.

Ahora que sólo te mantienen las raíces, que ya no tienes pies que te procuren ni una carrera sólo en pós de una quimera, debes saber que yo sigo teniendo piernas y la voz de los vientos soplándome en el pelo muchas veces. Debes saber que yo necesito correr, andar caminos largos mientras que suelto lastre y me hago más ligera, un poco más gaseosa para gritar que sí, que tengo todavía el tiempo necesario para ganar alguna escaramuza a la tristeza.
Te escribiré mañana; hoy no puedo seguir, me hieren demasiado las preguntas que nacen de tus ojos de alabastro.

2 comentarios:

Santiago Redondo Vega dijo...

Muy hermoso y preclaro este poema en prosa Bleti. La vejez es sólo un estado de ánimo. Pero hasta para envejecer hay que saberse.

Tiene mucho ritmo, además de profundidad este trozo de ti, yo le hubiera inscrito en la delgada estructura de un poema, aunque así tampoco deja de serlo.

Dice ése amigo tuyo que le sueñes de azul cuando tus piernas entiendan las raices de todas sus victoriosas derrotas.

Bello. Un abrazo.

Bismark Estrada dijo...

Vaya texto...

A veces se llega a ese punto en el que se envejece con alguien y te das cuenta de cuan diferentes son las cosas...

Pues a caminar, a seguir, que el amor siempre esta de sobra, pero la felicidad nunca espera.

Me ha gustado muchismo.

Abrazos