domingo, 20 de julio de 2008

TURNO DE NOCHE





He salido de trabajar esta mañana a las ocho cansada como siempre. El turno de noche se me empieza a hacer cada día más cuesta arriba a pesar de que mis locos suelen dormir muy bien en gran parte debido a la medicación hipnótica que toman.
Hoy ha sido la noche tranquila y podía haber incluso dormido o por lo menos descansado un poco pero como siempre pasa en verano, todo el personal es nuevo y está supliendo al fijo en su periodo vacacional. Al final es como estar sola con todos los enfermos para ti.
La mayoría de los suplentes no han trabajado nunca antes y mucho menos en un sitio tan difícil de manejo como es una psiquiátrico donde nunca mejor dicho no hay enfermedades si no enfermos. Cada uno es un mundo y conviene conocerlos por su seguridad y por la tuya uno a uno.
En una ciudad tan pequeña como Zamora eso es muy fácil si se tiene experiencia porque lo enfermos mentales son casi siempre los mismos hasta que mueren y entran y salen de la unidad como por una puerta giratoria que nunca, nunca para.

Es descorazonador y creo que a pesar de saber que la "locura" es por hoy todavía crónica no termino de acostumbrarme y siento una inmensa tristeza cuando los veo reingresar una y otra vez mientras se deterioran poco a poco y sin esperanza.

He pensado en dejarlo muchas veces y regresar a urgencias donde los enfermos son sólo eso, urgencias con rostros de personas que desaparecen de tu vida en cuanto te quitas el uniforme de ese día sabiendo que no volverás a verlos nunca.
Tengo la certeza de que no lo haré, que nunca podré trabajar con otro tipo de enfermos que no sean los enfermos de la psique, del alma.
Y es que el alma tiene mucho tirón y es capaz, incluso enferma, de manejar a otras almas como le da la gana. La mía está cautiva para siempre.

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