-¿Porqué no te quitas los pelos de la barba y el bigote Lucía?, estarías mucho más guapa
-Pues porque no me da la gana. Tú no lo sabes porque eres un poco corta pero esto es puro renacimiento.
_ ¿Renacimiento?
- Sí, mi padre se rasuró el pecho para ponerse parches de Solinitrina y se murió. Desde entonces no me quito el vello de ninguna parte y lo dejo crecer porque es un ser vivo como tú o como yo y si lo cortas se venga de ti y te mueres.
- Ah pues yo me lo quito porque si no parecería un hombre y no quiero parecer un hombre; me gusta parecer lo que soy, una mujer. Mira, ni un pelo y estoy viva.
- Tú no estás viva.
- ¿No?
- No, tú qué coños vas a estar viva.
- Pero si estoy hablando contigo y para hablar contigo necesito estar viva ¿no?
- No, no es necesario. Puedes estar muerta y hablar conmigo.
- Que no estoy muerta Lucía, hazme caso. No tengo pelos porque me los he quitado para no parecer la mujer barbuda y sin embargo sigo viva. Dame la mano y verás cómo te aprieto la tuya.
- Pues tienes la mano fría y sin pelo y eso es que estás muerta.
- Que no mujer, es que hace frío aquí hoy.
-No, eres como esos animales de los bancos que parecen muertos pero no lo están y tienen el dinero.
- ¿Que animales tienen dinero?
- El oso de Cajamadrid, el toro de Cajaespaña. Son riquísimos y tienen mucho dinero porque son peludos.
- Bueno vale Lucía pero ¿Te ayudo a depilarte o no?
- ¿A ti no te ha servido de nada tu paso por la Universidad verdad guapa? Eres tonta de baba y no entiendes nada de lo que te digo.
- Pues no, no lo de los pelos no lo entiendo.
- Si ya te digo yo que eres idiota y que regalan los títulos.
Y me quedé pensando en lo que decía Lucía en su delirio, en que si seré absolutamente idiota y si todos esos simbolismos medio ocultos de Lucía tienen su punto de razón también oculto para idiotas como yo.
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