Y de repente tú. Un ser algo difuso todavía que no me hace pensar más que en las ganas.
Y de repente tú que no me haces pensar más que en la risa de un día que amanece sin preguntas sin réditos, devengos, sin papeles. Así como un sol de febrero desprovisto de tiempo ni lugar ni pasaporte. Así has venido tú, sin anunciarte entrando a borbotones en mi vida.
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