miércoles, 29 de octubre de 2008

Crecíamos

Este poema es de Santiago Redondo. Espero que sepa disculpar todo los errores. No es hoy precisamente el mejor día de mi vida.



Crecíamos
al filo de la luz y las caricias
de los interminables e íntimos veranos
de adolescente magia;
ajenos al azul, oscuro, siempre oscuro,
de un punitivo cielo.
Al brusco rubicón de carne viva
servida en hierba fresca como lecho de amor y calentura.
Al mundo alrededor de nuestro mundo
pretérito imperfecto e inaudible
para tímpanos célibes,
tan absortos en risas, tan ajenos.
Y en suplicio de libros nos mirábamos los ojos cada tarde,
por refugio de manos irisadas que escribían
la piel de abecedarios y un corazón al margen,
siempre al margen, de la página gris de nuestras vidas.

Aprendimos a ser lluvia en agosto,
nieve en dudas de abril sol en diciembre,
brisa en tifón de calma y soledades.

Allí cedió tu puerto al desembarco de mi inercia de fuego
y amapolas que usurparon tus bragas de domingo,
piel morena de encaje; y abrazamos
la sed que tan sedientos nos alquiló la vida
cuando apenas sabíamos beber besos a morro…,
y te hiciste mujer y yo poeta.

Santiago Redondo Vega 25/10/08


Santiago es un poeta Vallisoletano que me gusta.

4 comentarios:

Santiago Redondo Vega dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Santiago Redondo Vega dijo...

Hermosísimo Amparo, como siempre. Le aportas a las letras, negras y frías, el impagable aroma de la vida en cuerpo físico y alma ilusionada, rapsodiándo los sentimientos a flor de humanidad, con vida propia. Y se llegan a palpar las horas y los días, en imágenes positivadas con tu voz. Ahora este poema ya tiene cuerpo, y se levanta y anda solo y presume de mi pluma y de tu boca. Los poemas no son nada hasta que se ponen de pie y echan a andar por los oídos de nuestras monotonías cotidianas. Gracias por el bautizo.

Un abrazo fuerte.

Santiago Redondo (juez y parte)

Nota: Que sepas que te sigo en este blog, diario sincero de emociones, aunque no siempre te lo diga. Y te siento niña, libre, auténtica, sincera, como pez en el agua y sin obedecer la estela del puntero de ningún ratón travieso...

Bletisa dijo...

Santiago, tus poemas tienen no cuerpo, tienen cuerpazo y sabes que me gustan mucho.
Los poemas empiezan a serlodesde que el poeta los intuye pero crecer sólo lo hacen cuando a alguien que los lee o los escucha, le produce cualquier tipo de emoción.

Gracias por alimentar a mis peces de colores Santiago, eres muy generoso.

Bismark Estrada dijo...

Me gusta oir tu voz Amparo...

Un estupendo poema de Santiago...

Con un gran final...

Tu voz tiene algo que me gusta oir...

Abrazos

Bismark