que se ha acabado el tiempo ya de las concesiones:
La crisis es perversa.
Predominan mi nombre dos vocales abiertas
y es por eso que tengo
siempre la lengua presta cerca del paladar.
¿De qué me serviría que tú me pronunciaras
si cuando me nombrases, saltara por encima
de todas mis medidas el eco de tu voz?
¿A santo de qué Santo pretendes que agradezca
y cierre mis vocales como una niña mona, modosa y educada
y me encoja en las tuyas cerradas y traseras?
No quepo, no cojo, no “cabo” en tus medidas
ni aunque me calce el traje
severo que utilizo para los funerales.
8 comentarios:
Ah, me encanta esta mujer indómita y con las vocales bien puestas. No sirves para dominada y eso te nombra.
Un beso al aire.
Ignacio Fajardo
Un gusto inmenso leerte, me entrego a tu escrito..
Bravo
saludos fraternos con cariño y mucho
un abrazo
besos
Lo dicho, cuando te pones en jarras eres única, (bueno, siempre lo eres).
Un beso
MArian
Dí que sí, las vocales puestesitas en sus sitio.
La palabra que se me antoja es: Auténtica.
Un abrazo
Dede luego no me gustaría ser dominada y ya a mi edad va a ser que no.
Un beso Ignacio.
Gracias Adolfo, encanta de verte siempre.
Siempre me haces reír con eso de las jarras.
Un beso Marian.
Esto no es más que una versión del vive y deja vivir Ana.
Un beso.
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