Déjame que te recuerde
que era yo quien te pintó toda la gama de azules
en un cielo que apenas imaginabas
Tu mundo era un mundo gris
oscuro, desvencijado, obsoleto,
devastador-si me apuras-
Y yo sin saber pintar
me aprendí de pé a pá la ruleta de colores.
Ensayaba entre tus manos,
te dedicaba mi tiempo cada día más exiguo.
Me estiraba y me estiraba hasta el abismo.
De un portazo tu poquedad decidió
que se hacía más extensa en un campo de tomates
tan rojos como tus putas y tus princesas en Red.
Me colgaste en una percha
Me descolgué como pude
pero sigo malherida, zozobrada,
sin olvidar
los diez años que te di, los diez mil y pico versos
y los besos y los besos y los besos.
6 comentarios:
Cómo duele este poema. Y este verso
"Y yo sin saber pintar me aprendí de pé a pá la ruleta de colores." impagable: el amor hecho devoción y al mismo tiempo esa palabra, ruleta, evoca azar rojo-negro-rojo-negro...negro. Me ha emocionado. Besos.
Desgarrado dolor en tus versos.
Un beso.
¡Qué maravilla de poema y... qué lujo poder descolgase de la percha aunque sea después de muchos versos!
Encantada me dejas.
Besos.
Qué desperdicio de versos y de besos, verdad?... pero es que somos generosas...
Me ha gustado mucho, mucho.
Besos
Es muy bueno.
Hay demasiado listillo suelto. Y yo creo que al final obtienen lo que le corresponde, jeje
Un besico.
Es muy triste tenéis razón.
Un beso a todos, gracias.
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