Cuando uno tiene una edad intermedia tirando “párriba” o mejor dicho “pábajo” como la mía, nos replanteamos la vida por decirlo decirlo de un modo filosófico.
A estas alturas pensabas que todo sería más fácil. Habías sido una buena hija, una buena madre, habías estudiado y trabajado como se esperaba de ti. Todo estaba controlado.
Bueno pues no.
Sí, la puta hipoteca la tienes pagada. Después de 30 años al fin tu casa es tuya ¡qué alivio, no te jode! y los niños grandes, inmensos pero sin trabajo, así es que tienes que seguirlos manteniendo. A su padre no lo aguantas porque ha decrecido justo inversamente proporcional a lo que has crecido tú y decides divorciarte o ahí te quedas, que al fin y al cabo es lo mismo. La distancia emocional es tan insalvable como dieciocho océanos juntos pero le sigues saludando todos los días desde la habitación de enfrente como al vecino del quinto en el ascensor:
-Hola buenos días, menudo frío ¿Eh?…por cierto tenemos que ir al banco a renovar la póliza y dile a la niña que limpie las cagadas de los gatos o me los cargo a tiros.
(-¡Tu puta madre!,,,,que te den amargao, piensas mientras exhibes una sonrisa displicente en los labios) Sí claro, buenos días.
Mientras, tus padres ancianísimos necesitan tu atención, y los hijos de tus hijos también.
Tienes que trabajar todos los días, hacer la compra, atender a tu amante, lavar la ropa, ir, venir, volver, reír , llorar, cobrar una mierda de sueldo y encima escuchar que qué suerte tienes.
Tienes que teñirte el pelo, desmaquillarte y desmoronarte, ver que tu cuerpo cambia y te da asco, y cambiar el aceite al coche. Tienes que soportar si te dicen que eres idiota porque escribes lo que te da la gana, por decir lo que te sale del coño y por pagar la pensión del hijo de tu hijo mientras plantas tulipanes y entierras sinsabores.
Tienes que sonreír y estar delgada y saber hacer hacer lentejas o cocido y croquetas sin cagarte en la madre que parió a la bechamel.
De otra manera, las mujeres de mi generación no nos sentimos bien. Nos “amaestraron” para ser perfectas sin movernos de la línea y la más mínima desviación nos produce crisis de ansiedad dignas de un tratado de trastornos psicológicos exógenos.
Hay matices (digo en mi defensa que no trago) pero somos la generación irrecuperable de mujeres gilipollas. La GIMI, vamos. Y no me digáis que no suena a puta.
16 comentarios:
Joder!!, pensé que tenias una camara y veias mi vida.
Pues soy de la asociación G.I.M.I
Una manifestación en toda regla. jaja.
El trueque que me has propuesto no me convence ¿Cómo voy a recitar yo un poema de Zúñiga? Sería una violación.
Valiente y poliédrico. Por eso me gusta este blog.
Todas las caras que vivimos. Esta es la vida.
En cuanto al contenido del texto, "nunca estamos contentos con lo que tenemos", jeje. Nooo!!! es broma!!! Si estuviéramos contento moriríamos en el letargo -como un lagartito-, no buscaríamos nada más. Es el juego de la vida.
FELÍZ SS. No te flageles mucho las espaldas, que las cofradías castellanas se las traen :) son muy adustas.
BESOS.
¿Sí?
Si es que estamos casi milimétricamente cortaditas por el mismo patrón.
¡Muerte al patrón!
¿Cómo dice?
Ni violación ni niños muertos.
No seas cobarde y a recitar al maestro Zú.
Demasiado diría yo Víctor.
Desde ahora me arriesgo a ser psicoanalizada por todos aquellos que me lean.
¡Qué peligro!
Me callo, ¿para qué decir nada si ya todo está dicho?
Pues eso,
que a pesar de todo
Concha dixit
¿Tienes previsto un manifiesto?
Porque yo me adhiero, me uno, me solidarizo o como se diga.
En fin: !!!que te entiendo demasiado!!!
Me flagelo. Tan cierto es lo que dices.
Caramba! cómo se llega al fin de semana; tranquila, yo, que no me maquillo ni, por tanto,lo contrario, a veces, tengo ese amargo estado de ánimo; pero la vida es así; porque la hemos hecho así...la han hecho así.
Lo peor, que de ahora en adelante, los años se encargarán de convertirnos en esos ancianos que ahora no somos y que cuidamos...
Mejor, no pensarlo.
Un beso
Anda que no queda que decir Vidalita pero bueno,,,
Un beso.
No Ana que ya me han regañado por escribir estos rebotes míos.
Tengo días que no me aguanto ni yo pero luego se me pasa y hala,,,,a "gimir" por ahí. ajajaja.
Un abrazo.
Es ciertísimo Zú pero en vez de flagelarte perferiría una sonrisa cómplice.
Un beso, maestro.
Ays Jorge que razón tienes.
Lo malo de todo es que a estas edades las cosas siempre irán a peor y eso es jorobadillo.
Arriba los corazones, que para las arrugas ya hay botox y zarandajas de esas.
Un beso para tí.
En todas partes cuecen habas Bleti. Pero dices alto y dices bien, bajo ese salto de cama de personalidad inquieta y rebelde que te transparentaría las bragas del cerebro, si es que alguna vez las llevaras puestas. Todo eso es la cotidianidad –a veces indigna- de la vida y mucho más. El mucho más es ser mujer, que –se diga lo que se diga, maldita educación la nuestra- acostumbra ¿obliga? a redoblar esfuerzos, trabajos y apariencias, y a mantener –muchas veces, por unos o por otros- con dignidad la inercia del aquí no pasa nada.
Por otro lado, y en cuanto a varones se refiere, y parodiando tu acrónimo, también existen los G.I.V.I., cambiando la “V” por la “M”, tú ya me entiendes. Dirás que son los menos, y debes tener razón, pero el mundo está así de mal repartido desde hace milenios. Fíjate en las tribus olvidadas del Amazonas, allí los hombres marcan ya el territorio y ellos se limitan a cazar entre horas, en los descansos de charla y fumateo en el chozo, mientras las mujeres –obedientes- se encargan absolutamente de todo lo demás. La “civilización” no nos ha cambiado gran cosa, ya ves.
Caminar juntos una serie de años acaba por acrecentar diferencias y enmudecer momentos únicos, proyectos comunes, apreturas, vivencias, revolcones y lutos; hasta que un día te despiertas y empiezas a pensar si no dormitas con tu enemigo/a al otro lado de la cama.
Date un respiro mujer -que diría el otro- y no cometas ahora el mismo error con el amante. Otro que tal baila. Si es que “la cosa” no tiene remedio.
Un abrazo Bleti para tan suculenta e intimista transparencia de un negligé con ojeras. Cotidianus est.
Eres listo como un conejo mi queridísimo Santiago
Te confieso que últimamente estoy muy enfadada conmigo misma, con el tiempo que se me escapa exactamente igual que un rebaño ingobernable de ovejas por haber dejado por decuido la portera abierta.
Es la edad Santiago, es la edad que te hace sabia y consciente de tus errores. Eso pica.
Ya me doy respiros, ya.
Que sepas que con un amante jamás y digo JAMÁS, se cometen los mismos errores.
Eres listo como un conejo pero varón y te falta ese pelín de conocimiento imprescindible y singular del alma femenina...a Dios gracias.
;) besos
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