miércoles, 24 de marzo de 2010

EL MAESTRO ZÚ

Cuando yo llamo  maestro Zú a josé Zúñiga, no es nada gratuito. Empecé llamándole así medio en broma pero con admiración profunda aunque sin fanatismos ni sandeces.
  Me gusta su poesía y sobre todo cuando escribe en presente y no en prétéritos dolorosos.
Este poema por ejemplo (al que yo cambiaría cosas) me  gusta mucho.
Nunca seguramente el resultado de mis cambios sería mejor que su poema  pero es una medida de calidad que yo tengo un tanto íntima, esa interacción que me provocan algunos poemas sean de quien sean.
 Escudriñarlos, darle vueltas, ponerles o quitarles cosas, jugar con ellos, etc...supongo que es lo que se llama aprender.
 Para mí Zúñiga es un maestro sin que jamás haya pretendido dar clases a nadie.


NO HAY CAVIDADES BLANCAS EN LAS NOCHES ARDIENTES

Estabas a mi espalda. Sentí un leve aleteo,
un aire
de alfiler en mis vértebras.
Adiviné tus ojos, esos vitrales góticos,
escudriñando, amor, mis cicatrices.

Me estremecí. La noche del amante
siempre está al borde del acantilado.

Me adentro, me sumerjo
en el profundo lecho de tu cuerpo,
rompo el frágil cristal que te resguarda
de ciertas intemperies
y te busco,
y te exploro,
y te navego
y nunca
llego al fondo de tantas cavidades oscuras.

Eres inexpugnable, guardas silencio,
callas
como callan los faros que alumbran las mareas.
Y dejas que me ahogue. O que me queme.
La noche del amante es un auto de fe.

Vestiré el sambenito, calzaré el capirote,
caminaré sin prisa hacia la hoguera
en que se han convertido tus abrazos,
calibraré con calma si prefiiero tu llama o tu silencio,
despejaré la incógnita que puebla tus entrañas:
me dejaré llevar por tus ausencias.

No hay cavidades blancas en las noches ardientes.

José Zúñiga.


Un belleza de poema.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Tiene varias bellezas de poemas.
Creo que no eres la única que lo llama maestro. Por creencia y edad no llamo a nadie maestro pero tampoco quitaría el adjetivo.

Jose Zúñiga dijo...

Me abrumas, maestra Ble (yo también aprendo contigo), y me hace gracia lo de maestro porque viene de ti y ya nos conocemos. Por supuesto, yo me considero más bien aprendiz (casi a punto de acbar el curso, eso sí), y de dar lecciones el diablo me libre.
Respecto a este poema, dime dime, que así se aprende, como bien señalas. Fíjate, de hecho lo cambié a raiz de un comentario de Alfaro.

Que sepas que te echaba en falta. Gracias por esta palbras y por más cosas.

Beso.

Mayte Sánchez Sempere dijo...

Y además, ¡cómo recita!. A mi se me cae la baba escuchándole. Y sabe él que no es peloteo :)

Besos.

VICTOR VERGARA dijo...

Tienes un gusto buenísimo, Bleti, porque el poema es acojonante. Tiene partes en las que las descripciones son bellísimas y trasladan junto a la chica. Sutiles y volcánicas al mismo tiempo.
La inmolación, como debe de ser. En la que todos hemos caido.
Gracias por traerlo.

PD. podías haberlo recitado, Bleti ¿Por qué no nos regalas? ¡Anda !
ABRAZOS.

Anónimo dijo...

la facilidad de jose para el ritmo y el metro se echa de menos en muchos otros poetas, aunque solo fuera por eso merece una atención especial en el bosque de los poetas vivos que por aquí nos movemos, y esa facilidad la cuaja en poemas redondos, lo que dice en en ese ritmo y ese metro está cargado de fuerza y de sentido, y a menudo de dolor

Bletisa dijo...

Pues yo justamente por creencia y por edad tengo varios-as maestros-as (ya parezco el lehendakari Ibarretxe con lo de los vascas y los vascos) y es verdad que Zú merece ese tratamiento.

Bletisa dijo...

De mí aprenderás seguramente lo que no se debe hacer.....que no es poco por otra parte. En fin agradecida por tu abrazo maestro.

Bletisa dijo...

Sí señora, recita muy bien y canta y transmite y además es un tipo muy simpático...
Tengo muy buen gusto.
Un beso Mayte.

Bletisa dijo...

Es que así podría inmolarse cualquiera todos los días de la vida.
¿Donde hay que apuntarse?

No Gato, después de oirle recitar ya no me atrevo. El,que lo haga él y nos lo regale.
Quedemos a la espera.

Bletisa dijo...

Exacto Santi.
Zúñiga tiene muy en cuenta el metro y el ritmo. Sospecho que no siempre es necesariamente fruto de un trabajo poético premeditado sino de una tendencia natural que tiene a la musicalidad. Es innnato en él porque no olvidemos que es músico.