viernes, 6 de febrero de 2009




Miguel Angel se ha enamorado de Puri.


Bueno eso dice él.

Y dice que se ha enaorado porque la ve muy guapa aunque sea fea cuando la ve llegar por las mañanas al manicomio con su botas de tacón y sus pulseras y sus anillos de la marca tal o cual moviendo su culo como si fuera un gran culo.


Purita nunca se pone uno de esos pijamas anchísimos de uniforme que obliga la dirección de los hospitales y que difumina el culo y las tetas hasta desaparecer en un blanco impoluto y frío como un copo de nieve.
Purita es flaca como una anguila y no tiene ni las tetas ni el culo ni ninguna de esas redondeces amables formas que se le suponen a una figura femenina y tal vez por eso se salte la norma del pijama extra grande y blanco que difumina todo.


Dicen que el color blanco da sensación de limpieza, de pulcritud máxima y que por eso se usa en los hospitales. A mí sin embargo me da tanto repelús como esas manos blandas y húmedas que se resbalan como peces cuando intentas estrecharlas.


Yo –dice Miguel Angel- que paso más hambre que el perro de un señorito y que si quiero sexo tengo que pagar, el tamaño del culo de una señora es lo que menos me importa para enamorarme. Purita huele bien por las mañanas y se me insinúa.
- ¿A ti bipolar, se te insinúa?
- Si a mí “bipollar” se me insinúa la tal Purita.
- Jajajjaaj No seas chulito Miguel Angel, no digas idioteces.
- Que sí Amparo, se me insinúa, te lo juro. Me ha dicho que le gusto, que soy inteligente y no un parana como otros.
- Eres un tipo interesante ya lo sé y por eso has formado parte del jurado de mi premio de poesía. A mí también me gustas mucho.
- ¿De verdad te gusto?
- Sí, me gustas mucho, mucho, muchísimo.
- ¿ Y te gusto como hombre?
- No, por muy “bipollar” que seas no me gustas como hombre pero tampoco me gusta el vecino del quinto y no es bipolar y mucho menos bipollar
- ¿ Pero no te gusto porque soy bipolar?
- No, no me gustas porque no me gustas y ya está
- Pues a mí me gustan tus ojos azules y como me miras.
- Y a mí también los tuyos y como me miras pero no me gustas como hombre, lo de que seas bipolar o biipollar es lo de menos.
- ¿Te recito un poema de mi maestro y me das algo para dormir?
- Venga sí, recita.


Miguel Angel recitó de una manera excepcional una vez más “Libre te quiero “de Agustín García Calvo -su maestro y amigo- y se fue a dormir.



Tal vez Puri debería de estar de ese otro lado y con terapia y curar sus inseguridades con juegos menos peligrosos .
Con la enfermedad mental no se juega.

2 comentarios:

Mayte Sánchez Sempere dijo...

¿Sabes Bletisa? Siento un profundo respeto por los locos, por muchas razones que no voy a contar ahora (ya está Enol para amenazar con desvelar secretos :D)

Nunca he entendido por qué hay quien piensa que está por encima de ellos... cuando todos estamos a un paso, breve, minúsculo de ellos, de esa puerta a la locura.

Besos a ti y a ellos.

Bletisa dijo...

Claro, hay que sentir el mismo respeto que hacia los no locos y no jugar con los sentimientos de nadie pero mucho menos con los de los más frágiles.
La línea es delgadísima, te aseguro que apenas se ve.

Un beso Mayte.