Esto se parecía a Madrid en Agosto.
Las persianas bajadas, los cierres echados, las calles vacías, los carteles en los baretos con su "cerrado por vacaciones".
No me gusta Madrid en Agosto porque parece un enfermo terminal, paliducho, sudoroso y famélico. No me compensa que se pueda aparcar muy bien o no tener que hacer reserva para comer.
Me gusta el bullicio, el jaleo, los dimes y diretes, el ruido infernal del tráfico y la vida a todo trapo al fin y al cabo.
Los blog como el de Enol o el de Gata vuelven a abrirse perezosamente, con nostalgia de los días de descanso y de cambio. Bata ya está a punto de dejar de trabajar doce horas diarias.
Se barrunta el otoño.
ANIMO A TODOS.
2 comentarios:
Pues así como describes Madrid, me uno a tus Ánimos a todos..
Saludos fraternos
Un abrazo
Horrible en verano, horrible en otoño. No sé qué hago aquí, pero sarna con gusto no pica.
Vamos saliendo del letargo. Como los osos, pero al revés, se despiertan los vates.
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