jueves, 18 de noviembre de 2010

Poema de Alberto.

He prometido una y mil veces no comentar nada de Batania pero no puedo o no quiero.
   Hoy tengo un día de esos horrorosos, de ésos en los que es mejor meterse en la cama debajo de todas las mantas y acurrucarse hasta desaparecer aún a riesgo de que nadie entienda nada y se te acuse sin pudor de "loca".
  Me da igual porque me empiezo a acostumbrar a situaciones que antes me parecían extrañas. Todo es tan relativo...

     Leer este poema de Alberto que me emociona profundamente.


Lo que cuesta mantener a un muerto,

lo que gasta en trajes y dentistas,

lo que agota llevarlo a la espalda

de Atocha hasta Argüelles,

si alguien supiera,

el muerto a cuestas, todos los días,

lo que cansa vestir

los zapatos del muerto,

las camisas del muerto,

la bufanda del muerto,

si alguien me oyera,

cómo me suena el muerto,

cómo me llora,

cómo me roe, cómo me grita

a trueno y rompepierna,

cómo me paso las noches

sin hacer un verso

porque no quiere el muerto,

porque no sabe,

no se le ocurre,

no se me inspira,

si alguien entendiera,

lo que cuesta decir

sin pasar por loco

que mi padre vivió

sesenta y siete años

como un jilguero de nieve,

ningún reproche, ninguna queja,

ninguna mancha,

si alguien creyera,

y desde que vive

muerto

me obliga y me retuerce,

me ordena y me llama el muerto,

me apunta y me reclama,

siete años ya,

si alguien supiera...

.

8 comentarios:

Luisa Navarrete dijo...

y a quién no le emociona este poema?

yo lloré


Besicos y mis abrazos más gigantes para ti

María Socorro Luis dijo...

Qué casualidad. Hoy he leído otro poema de Batania en el blog de Cañamares y también me ha conmovido profundamente, como éste.

Abrazos para los dos.

José Baena dijo...

De los pocos que he leido de Batania (lo que haya colgado él en los casi 3 meses que llevo blogueando) éste es de los que más me llega. Y eso que mi padre vive. Pero cambias "padre" por cualquier persona que te falte y te emociona igual. Qué liviandad la de la vida, qué habitual se hace la presencia, qué callada. Y como gritan las ausencias desde su fábrica de megáfonos. Un abrazo bleti.

CODERAS dijo...

En general la poesía de Alberto (¡huy, perdón, Batania, que si no...), no me llega demasiado. Pero éste es un poemazo de esos que a todo el mundo le hubiera gustado escribir. O sea, de los de la envida sana (¿o no tan sana?). Mejor no escarbo, no sea que me asuste.

Qué pena que no pueda ser lo de vernos, algún día, seguro.

Besos y besitos (o blesos y bletisos, que para el caso...)

Just dijo...

Este poema es una barbaridad Amparo. Una lanza de verbo. Terriblemente hermoso.

Yo casi no comento, pero siempre me gusta andar por aquí. Y es que aquí puedo ejercer mi rol de siempre-ausente, sin ningún reclamo.

Un abrazo Mujer.

VICTOR VERGARA dijo...

Poco más añadir.
También creo que este poema se sale un poco de su linea habitual.
Me ha gustado. Ha estado sembrado.

Andrabaltza dijo...

Original y hermoso. Duele!!

Ángel Muñoz dijo...

precioso ble