lunes, 29 de noviembre de 2010

MEMORIAS DE UNA MUERTECITA-ITA

Capítulo cinco


Se me empieza a afilar la nariz, yo que siempre la tuve gordita y redonda cómo el resto del cuerpo. Las livideces me empiezan a dar ese color azulado que tan bien me ha sentado siempre y con el que aparezco en todas las fotos de mi infancia, sabedora mi madre de que su única niña así vestida estaba muy guapa.

Es curiosa esta sensación que tengo y que no sabría explicar, de verme desde fuera como en un espejo.
Y hablando de mi madre. No la veo por aquí, ni a mis hermanos, ni a mi padre, ni a mis hijos. No hay nadie de mi familia y eso es rarísimo.
Sólo caben dos o tres posibilidades: O se han ido a comer ¿qué hora será? o hicieron caso de mis penúltimas voluntades y nunca me hicieron funerales, o me he muerto ancianísima y no me queda nadie y todo esto mío no es más que un delirio postmorten raro e inexplicable.

La muerte es sin duda un evento en la vida de lo más raro e inexplicable. Porque estás tan contento o tan triste- o las dos cosas a la vez- y de repente te mueres y se acaba todo. Morirse es el último acto estúpido del cualquier ser vivo que además aceptamos sin decir ni mú.
Habría que sobreactuar cómo los malos actores, patalear, resistirse, agarrarse a las faldas de la vida llorando e implorando como los niños a las faldas de su madre el primer día de escuela. Estoy segura que alguna vez surtiría efecto si lo intentáramos con todas nuestras fuerzas.
No creo mucho en los espíritus pero si los hay es porque lloraron mucho y la vida les dejó quedarse de alguna forma medio flotando por ahí y dando la turra a los del todo vivos. De ahí que sintamos presencias raritas e inexplicables muchas veces.

El silencio es sepulcral y nunca mejor dicho. Llego a la conclusión de que es la hora de comer (el muerto al hoyo y el vivo al bollo) Me empiezo a aburrir,  tengo un hambre que me muero (otra vez) y nadie se asoma a mirarme.
Espero que al menos brinden por mí estos ingratos.

6 comentarios:

Luisa Navarrete dijo...

que digo yo que si tiene hambre igual no está tan muerta..... o si?

José Baena dijo...

Cuánta razón y cuánta ironía. Qué pedazo de texto Bleti. Es que es así:"y de repente te mueres". Raro, inexplicable,la peor de las bromas que tienes que aguantar bien calladito...Un abrazo.

María Socorro Luis dijo...

Me encanta esa irónica naturalidad, con que has tocado el tema de la muerte... Y nadie protesta!!! Porque no hacemos una mani "anti" ?...

A la espera del próximo capítulo.

Besos.

Bletisa dijo...

Pues vaya usted a saber Luisa. Ya te digo que esto de morirse me parece una cosa muy rara y te lo digo en serio.

Bletisa dijo...

Raro José, es sobre todo algo que nos ocurre siempre y que es muy raro.

Un beso.

Bletisa dijo...

Pues no es mala idea Soco.
¿Y si no oye alguien o "Algo" y al menos nos deja quedarnos como espiritus flotando por ahí?
Confieso que me encantaría no irme nunca.

Un beso y gracias por venir.