La palabra, justo porque el daño psicológico es ese imperceptible que va anulando a la persona día a día, como una gota de agua, hasta conseguir que llegue a creerse que, de verdad, no vale una mierda. Y eso es muy difícil de recuperar el día de mañana. La autoestima pisoteada y por los suelos. Y la MIRADA mala-dsprectiva-despreciativa-infravaloradora-llena de odio y de rencor....
LUISA Muy acertado, amiga, al menos conservando la vida.
Aprovecho para decir también que además de la sociedad y los estamentos sociales, las mismas personas propicias a ser objeto de maltratos -en este caso estamos hablando de la mujer- también deben de estar muy vigilantes y no dejarse engañar por las falsas ilusiones de segundas oportunidades, etc... y cortar justo cuando aparezcan los primeros indicios más leves. Poner tierra de por medio. Es muy normal ver parejitas de chavales que estan comenzando unas relaciones y ya llevan tatuado el signo de la sumisión y la vejación en la misma vía pública sin ningún pudor. Que no podrá llegar a hacer detrás de la privacidad de las puertas del hogar una vez pase la novedad del pricipio y comience la monotonía y la llegada de los verdaderos problemas, los hijos, las enfermedades, las dificultades laborales, etc...
Como en cualquier cuestión, los primeros sintomas son cruciales, porque después será mucho más difícil desenrollar la madeja. Y en esto habría de hacerse incapié desde los mismos hogares paternos hasta la misma docencia en las escuelas. No sólo es la sociedad la que debe de estar vigilante. Se debe preparar a que los indivíduos también estén vigilantes sobre todo al pricípio. Es mi humilde opinión.
y yo lo suscribo de pe a pa Víctor.. somos todos los que debemos dar las voces de alarma, el que lo sufre no se da cuenta, ni tiene medios ni fuerzas para pararlo. Insisto no te das cuenta hasta que no estás llorando en un rincón compulsivamente, desecha y con ganas de desaparecer y aún así la culpa crees que es tuya.
el que te quiere no te insulta NUNCA y eso es lo que no está tan claro ni se educa en eso
y efectivamente siempre somos las mujeres por la triste educación de sumisión que recibimos las que somos más proclives a ser las víctimas (aunque hay casos al contrario ... los menos)
sino ponemos medios los de a pie seguiremos en esta espiral de locura.
Efecyivamente, como bien apuntan Luisa y el Gato (¡qué susto, pantera!), los malos tratos van más allá de los golpes. De hecho hace mucho que vengo insistiendo con toda la poca voz que tengo en que los golpes, las palizas, son el último síntoma. Es dificil que una mujer con toda su autoestima intacta, en una relación saludable, aguante un golpe... o si lo aguanta, como decía mi ex-suegra, ese hombre no vuelve a dormir tranquilo. Pero en el caso de los malos tratos todo empieza mucho antes, con los celos (ese cáncer del amor y que encima hay quien los considera prueba irrefutable de cariño, hay que joderse), con las faltas de respeto, con esa suerte de dependencia que la mujer maltratada siente. Me cito a mi misma (je je) en unos versos de unos de los poemas de "La mujer transparente" (poemario que precisamente "versa" sobre esto):
Siempre necesaria y oportuna la denuncia y una actitud activa ante la violencia se manifieste donde se manifieste. Creo que en la calle y en los comportamientos cotidianos hay claves que indican algo de por donde van los tiros. No debemos ser condescendientes ni mirar para otro lado ante muchas manifestaciones de prepotencia y violencia verbal o chulería que va desde el simple comentario al chiste fácil, cuando no es peor. Salud.
Me indigna tanto, me sobrepasa tanto, lo tengo tan de cerca en mi trabajo y en algunas de las personas que más quiero, que no sé qué decir que no sea la impotencia y ponerme en su piel y comprenderlas y animarlas a denunciar por todos los medios por si sirve. Educación, educación, educación. Educación para el respeto a la mujer como el otro cincuenta por ciento imprescindible y básico de la humanidad.
Y un apunte: Me asquea cada vez más que las mujeres se sigan mostrando como objeto sexual y de "uso" en todas partes. ¿Qué estamos haciendo mal?
12 comentarios:
Atinada apostilla, Ble.
Ni la mano .... ni la palabra (que a veces daña más )
La palabra, justo porque el daño psicológico es ese imperceptible que va anulando a la persona día a día, como una gota de agua, hasta conseguir que llegue a creerse que, de verdad, no vale una mierda. Y eso es muy difícil de recuperar el día de mañana. La autoestima pisoteada y por los suelos.
Y la MIRADA mala-dsprectiva-despreciativa-infravaloradora-llena de odio y de rencor....
Incluso a esas miradas, CERO ABSOLUTO.
Dsprectiva no, Despectiva, quise decir.
O en versión haiku:
Caiga tu mano
sobre mi piel caricias
de hoja caduca.
a todo Víctor ! lo has descrito tal cual es
y por poner algo positivo la recuperación es posible aunque el pozo sea interminable se sale
hecha una piltrafa pero viva
LUISA
Muy acertado, amiga, al menos conservando la vida.
Aprovecho para decir también que además de la sociedad y los estamentos sociales, las mismas personas propicias a ser objeto de maltratos -en este caso estamos hablando de la mujer- también deben de estar muy vigilantes y no dejarse engañar por las falsas ilusiones de segundas oportunidades, etc... y cortar justo cuando aparezcan los primeros indicios más leves. Poner tierra de por medio.
Es muy normal ver parejitas de chavales que estan comenzando unas relaciones y ya llevan tatuado el signo de la sumisión y la vejación en la misma vía pública sin ningún pudor. Que no podrá llegar a hacer detrás de la privacidad de las puertas del hogar una vez pase la novedad del pricipio y comience la monotonía y la llegada de los verdaderos problemas, los hijos, las enfermedades, las dificultades laborales, etc...
Como en cualquier cuestión, los primeros sintomas son cruciales, porque después será mucho más difícil desenrollar la madeja. Y en esto habría de hacerse incapié desde los mismos hogares paternos hasta la misma docencia en las escuelas.
No sólo es la sociedad la que debe de estar vigilante. Se debe preparar a que los indivíduos también estén vigilantes sobre todo al pricípio. Es mi humilde opinión.
ABRAZOS.
y yo lo suscribo de pe a pa Víctor.. somos todos los que debemos dar las voces de alarma, el que lo sufre no se da cuenta, ni tiene medios ni fuerzas para pararlo. Insisto no te das cuenta hasta que no estás llorando en un rincón compulsivamente, desecha y con ganas de desaparecer y aún así la culpa crees que es tuya.
el que te quiere no te insulta NUNCA y eso es lo que no está tan claro ni se educa en eso
y efectivamente siempre somos las mujeres por la triste educación de sumisión que recibimos las que somos más proclives a ser las víctimas (aunque hay casos al contrario ... los menos)
sino ponemos medios los de a pie seguiremos en esta espiral de locura.
ufff y perdón por extenderme tanto
Efecyivamente, como bien apuntan Luisa y el Gato (¡qué susto, pantera!), los malos tratos van más allá de los golpes. De hecho hace mucho que vengo insistiendo con toda la poca voz que tengo en que los golpes, las palizas, son el último síntoma. Es dificil que una mujer con toda su autoestima intacta, en una relación saludable, aguante un golpe... o si lo aguanta, como decía mi ex-suegra, ese hombre no vuelve a dormir tranquilo. Pero en el caso de los malos tratos todo empieza mucho antes, con los celos (ese cáncer del amor y que encima hay quien los considera prueba irrefutable de cariño, hay que joderse), con las faltas de respeto, con esa suerte de dependencia que la mujer maltratada siente. Me cito a mi misma (je je) en unos versos de unos de los poemas de "La mujer transparente" (poemario que precisamente "versa" sobre esto):
Eso
no es amor
es otra cosa...
Besos
(como veís, el tema me enciende)
Siempre necesaria y oportuna la denuncia y una actitud activa ante la violencia se manifieste donde se manifieste. Creo que en la calle y en los comportamientos cotidianos hay claves que indican algo de por donde van los tiros. No debemos ser condescendientes ni mirar para otro lado ante muchas manifestaciones de prepotencia y violencia verbal o chulería que va desde el simple comentario al chiste fácil, cuando no es peor.
Salud.
Me indigna tanto, me sobrepasa tanto, lo tengo tan de cerca en mi trabajo y en algunas de las personas que más quiero, que no sé qué decir que no sea la impotencia y ponerme en su piel y comprenderlas y animarlas a denunciar por todos los medios por si sirve.
Educación, educación, educación. Educación para el respeto a la mujer como el otro cincuenta por ciento imprescindible y básico de la humanidad.
Y un apunte: Me asquea cada vez más que las mujeres se sigan mostrando como objeto sexual y de "uso" en todas partes.
¿Qué estamos haciendo mal?
Falla la educación, el respeto que la mujer tiene por si misma...
Y comparto al pleno tu apunte final.
Besos.
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