NO SE COMO EXPLICARLO.

Yo como todo el mundo tengo temporadas, rachas larguísimas, en las que me disperso y “se me escapa la razón” con asuntos exclusivamente idílicos, imposibles.
No sé cómo explicar que mi propia razón me pone los cuernos conmigo misma, con esa otra parte más joven y hermosa que suele esperar agazapada más allá de jardín de los deseos.
Son cantos de sirenas que me llaman y a los que no puede hacer frente mi cerebro ni con todas las armas que tiene y que dicho sea de paso, no están muy entrenadas para batallas perdidas de antemano, o no quieren ¡vaya usted a saber!
El caso es que me voy y mi razón conmigo sabiendo que antes o después tendremos que volver las dos y posiblemente mal heridas, derrotadas, o con un poco de suerte, simplemente desencantadas.

Lo bueno de todos los viajes es el antes, las maletas, los andenes y aeropuertos, el camino y los árboles pasando muy deprisa casi sin detenerse en el iris de los ojos.

A veces los deseos, siendo tan sólo eso, tienen más fuerza y mucha más enjundia y más materia táctil y maleable que una vida ya escrita y programada.

A veces yo me voy y me pongo los cuernos con la parte más nueva y más hermosa de mi misma. No sé cómo explicarlo.