No me requieras más.
Ya no me nombres
y deja que camine,
que me canse
con mis zapatos nuevos.
Me aprietan, lo confieso.
Los extraño y a veces
me marcan los talones
sus roces imposibles.
Todo es cuestión de tiempo
de rodaje
de conocer las calles
de las mismas ciudades
pero con otro nombre.
¿Y qué?
6 comentarios:
¡Ahí estamos! ¿y qué?. ¿Pero que clase de nuevos inquisidores son estos que repudian el verso clásico y medido y se inventan otras normas tan férreas o más que aquellas?. Es como intentar sujetar el jazz con la armonía clásica. ¡Viva toda clase de heterodoxias, asonancias, internas, consonancias, y lo que haga falta! Lo que importa es el resultado: que el poema tenga poesía y diga.
Un beso como un queso (toma, esta de regalo).
Ignacio Fajardo
Tú sabes decir también lo que tienes dentro que puedes permitirte asonancias y hasta resonancias si es necesario
Un besazo, Amparo.
Efectivamente, eres bien sabio Fajardo.
Resumiendo que viva la poesía, toda y siempre que sea poesía. Que viva hasta la mala como la mía.
¡ Viva nosotros! jejejje.
Un beso.
Y tu eres un amor Anita y la generosidad con patas.
A ver cuando nos vemos en los Madriles un día eh??
Un beso.
¡ Pues vaya novedad, querida, eso lo he dicho yo cientos de miles de veces¡¡¡
Que viva la libertad de la palabra en el poema mujer.
o no te voy a dar un beso como queso como Ignacio, pero sí unos cuantos tironcitos a lo Concha de orejas.
¡No quedamos en llamarnos y en el mediterrñaneo?
Pues esta mañana he cumplico y la Bleti missing.
Bahhhhhhhhhh, mi mar "pa mi"
Concha dixit... en consonancia
¿¿Einnnn??
Voy a ver.
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