domingo, 29 de junio de 2008

David


Acabo de llegar de Italia. Vengo cansada y sorprendida y sobre todo enamorada.
El se llama David y vive allí en una academia de arte en Florencia, es muy alto y joven y de mármol.
No, no es frío para ser de mármol y tiene unas manos inmensas que no sé yo si sabrían acariciar el cuerpo de una mujer. ¡Nadie es perfecto!
El pobre disimula y posa mientras miles de ojos le miran y dan vueltas alrededor y excrutan su culo, su cuello, sus cabellos y su vientre y su sexo. Debe estar acostumbradísimo porque no se inmuta y se pasa la vida con su onda colgando.
Un ser así no tiraría jamás una piedra a nadie por mucho que se empeñara ese tal Miguel Angel. Posar, actuar es lo suyo y se le nota a mil leguas.
Hemos quedado para Septiembre y le he escrito un poemilla que después le mandaré desde mi corazón enamorado.


Contemplación del David de Miguel Angel.

-¡No fotos, no fotos! decía una señora
A mí me resbalaba su voz de la ultratumba.
Yo ya no estaba allí, volaba hasta tus ojos
y al fondo de tu onda y a tu vientre de mármol.
¿Como he podido enamorarme antes?
¿De qué y por qué o de quien antes de tí David?
Blanquísimo, marmóreo, perfecto, intemporal,
toda la luz del cielo blandiendo tus cabellos
y tus manos inmensas y tus piernas, tu sexo..
tu culo perfectísimo y tu cintura escasa…

-La he pillado dos veces, déme la cámera.
-Pues lo lleva usted claro, ni muerta se la doy.
-Llamo a la policia.
-Llame usted a quien quiera pero no se la doy,
yo me llevo a David.
-¿Eres una española?
-Pues si ¿y qué te pasa tía?
- Soy de Ciudad Real, trabajo aquí ya ves.
-¡Joder que suerte tienes!
- Me pasa lo que a ti, cada vez que lo miro
me gusta más y más, hasta infinitamente.
- Si no me das la turra, si me dejas llevarme al chico en la mochila
te espero a la salida y te invito a dos copas.
- De acuerdo eso está hecho, haré la vista gorda.
Tomamos dos helados y hablamos de molinos, del vino de la mancha,
del Duero, de los locos, del “Chico” de la honda
y de un tal Buenarrotti que lo esculpió a soplidos
y supo darle alma sólo para mis ojos, sólo para mis ojos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No se si lo leerás, porque esta entrada es antigua. Me he detenido en tu blogg y voy leyendo y leyendo. Recitaste un poema mío como nadie lo había hecho. Ahora yo pongo aquí este poema para Isabel y para tí. Espero que te llegue.

Olvidar
es un trabajo lento
fecundo en resultados.

Me aplico y sin esfuerzo
millones de lagartos devoran
con ritmo diluviano
marañas que habitaron
mis ayeres, lastres
pegajosos por queridos,
molestas trazas
cerebrales
de aquello que yo he sido…

Un perezoso avanza en retroceso
subiendo hasta las venas
del recuerdo, su alimento;
mastica golosos sustantivos
nombres propios como amigos
desnudándome paciente
de las penas,
su diente en mi acertijo.

Dentro de mí
renace descrecido
un niño grande;
tras cada roto axón
me acerco al objetivo,
tenaz desconexión,
ruptura programada
de todo lo vivido.


A veces
las arañas se resisten
laboriosas y urden viejas
tramas que galopan
azules los destellos..

(Olor que fue verano
tu beso en mi mejilla
tu rostro junto al mío
tu mano y mi desidia…)

retazos que salpican
mientras yo, jugando al
escondite
me oculto en mi guarida
carente de emociones.

¡¡Ohh!!…retorno al niño
que no fui
descreciendo por instantes…
¡¡atrás, atrás, al útero
gigante…!!

Vuelvo a ser cuando no era,
oscuro y negro eterno
como antes…
como antes de haber sido:
vacío, vacío, vacío…

¡Sentid el universo pleno!

Ignacio Fajardo

Bletisa dijo...

Claro que leo Ignacio y te agradezco tu poema que y leas mis intentos.
Ya iré colgando poemas recitados de amigos como tú.